Pese a que en esta vida nunca fui taxista o remisero, viví pasando a buscar y acompañando a sus casas a las personas, siempre diciendo que era porque no tenia nada mejor q hacer y q tenia tiempo.
Nunca quise que me lo pidan por ser la ultima alternativa porque nadie mas quería, nunca quise ser “el q te acompaña a tu casa”. Lo hacia pensando que, con suerte, algún día la gente me tenga en cuenta como el primero, pero creo que solo me engañe a mi mismo… tanto camine a las diferentes casas… tantos kilómetros… tantas personas que repartí… pero al mismo tiempo, nunca me invitaban a sus casas, parecía que mi viaje siempre terminaba en la puerta de esa persona, muchas veces ni un gracias… y después… cuando necesito a esas personas que alguna vez me necesitaron y cumplí… es cuando ves a tu alrededor, al frente, a los costados, miras sobre tu hombro… y te das cuenta que no hay nadie que te acompañe, nadie dispuesto a ser como vos y realizar un buen acto, que el taxista, el único que SIEMPRE esta con vos, sin importar donde, cuando y porqué, es tu propia voluntad… esa voluntad propia que te dice “para que los necesitas?? Sos el único que no depende de los otros, aprovéchalo y así llegaras a donde quieras ir”, aunque después te das cuenta que no podes vivir solo… estas condenado a vivir en una sociedad, y entre tantos y tantos millones… no hay nadie como vos… estoy solo en el mundo, y no hay mucho que pueda hacer…
No se por que cosas vale la pena pelear…
No se que tengo para defender…
No se como despertar de esta pesadilla…
No se si para los otros soy algo mas que lo que ven…
No se cual es mi motivo de vivir…
Lo unico que se es que… no soy un taxista… soy una persona
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